Dr. Rafael Vela Martínez
La Reforma
Constitucional al Artículo 115, de diciembre de 1999, tuvo como eje central el
fortalecimiento de las capacidades institucionales, administrativas y
financieras del municipio, reconociéndolo no solo como una división
territorial, sino como un auténtico nivel de gobierno con autonomía
para tomar decisiones en beneficio de su población, dotado de competencias
reales, recursos propios y capacidad de incidir en el bienestar de sus
habitantes; sin embargo, las pasadas administraciones de Gobierno Estatal en
Veracruz, han cuidado mediante estrategias políticas y control de los recursos
presupuestales, que los municipio no ejerzan su autonomía como tercer nivel de
gobierno; lo peor del caso que este centralismo no ha venido acompañado de
acciones que orienten a los gobiernos municipales hacia el desarrollo,
crecimiento económico y progreso; por el contrario, ha propiciado rezago y
pobreza municipal; tan es así que tan solo en 7 ciudades del estado se genera
más del 75% de la riqueza estatal anual: en todas las demás demarcaciones la
tendencia es hacia el rezago y marginación.
En estos
momentos de una reorientación de las acciones de Gobierno Estatal hacia el
desarrollo, la célula municipal podría ser la base del progreso, si acaso se
capacita a los próximos presidentes municipales en lo que significa gobernar,
pues al momento la gran mayoría de los presidentes no saben de esta Reforma de
diciembre de 1999 y creen que aun son una entidad administrativa y no de
gobierno; incluso la gran mayoría ni siquiera entiende esta diferencia, por
ello no se involucran en capacitarse e integrar equipos de profesionales que
potencien esta responsabilidad. Antes de 1999, el Artículo 115 reconocía al
municipio libre, pero lo hacía dentro de un esquema de subordinación a los
gobiernos estatales. Su papel en la prestación de servicios públicos era
limitado, su capacidad de planeación urbana era prácticamente inexistente, y su
autonomía fiscal era débil. Los recursos que recibían los municipios llegaban
por intermediación de los estados, lo que limitaba su margen de maniobra y su
capacidad de atender las necesidades locales de forma eficaz.
La reforma
de 1999 no solo amplió las funciones municipales, sino que también
reconoció su autonomía administrativa, política y financiera. Estableció su
derecho a celebrar convenios con otros niveles de gobierno, a participar
directamente en los fondos federales y a establecer sus propias contribuciones
fiscales. Además, otorgó a los municipios funciones clave en materia de
planeación del desarrollo urbano y participación ciudadana.
Esta
reforma sentó las bases para una nueva gobernanza local, reconociendo la
capacidad del municipio para planificar, recaudar, coordinarse y actuar con
independencia relativa. Es evidente que actualmente en Veracruz la mayoría de
los gobiernos municipales carecen de condiciones para impulsar una estrategia
planificada orientada al desarrollo, de ahí la necesidad de contar con el apoyo
de un marco legal que les oriente hacia las vertientes de toma de decisiones
para promover el desarrollo, como sería la realización de obras
intermunicipales; incluso, desde el Poder Ejecutivo quizás sea necesario crear
la Secretaría de Planeación y Desarrollo Metropolitano y Territorial, que
capitalice las grandes concentraciones urbanas con que cuenta Veracruz y
fortalezca acciones planificadas entre el poder estatal y los municipales, con
un objetivo común: generar bienestar de la población mediante la generación de
crecimiento económico; extensión de la riqueza hacia los municipios más pobres
y marginados; potenciar dinámicas económicas locales y regionales con base en
obras de infraestructura estratégica y de integración funcional urbano rural.
En este
contexto la Universidad Veracruzana (UV) le ha quedado a deber a la sociedad, ya
que es, para que en estos momentos, se hubiera aportado a los diferentes
niveles de gobierno, un gran banco de proyectos de desarrollo regional: social, económico, de innovación
tecnológica en la planta productiva, ambiental, de infraestructura y desarrollo
sostenible. No esperar a que el Gobierno le solicite su apoyo para actuar:
se trata de romper esta inercia apática e indiferente que guarda la Rectoría de
nuestra Máxima Casa de Estudios en relación a los graves problemas que aquejan
a la entidad: esto en realidad es una vergüenza.
En las
próximas fechas en Veracruz estaremos ante un punto de inflexión determinado
por 4 coyunturas de convergencia: 1) el relevo de las autoridades de Rectoría
de la UV; 2) el cambio de 212 presidentes municipales; 3) el reemplazo de los
integrantes de la Cámara de Diputados a nivel local; y, 4) la nueva administración de Gobierno del Estado,
encabezada por la gobernadora Rocío Nahle. Esta gran oportunidad de
convergencia en tiempos de inicio de sus gobiernos de 4 actores condicionantes
del desarrollo, solo se volverá a presentar hasta dentro de 12 años
aproximadamente; de ahí la importancia de capitalizar este punto de inflexión y
sumar esfuerzos coordinados mediante una perspectiva de planeación territorial
y desarrollo. Si los involucrados tienen altura de estadistas y se logra
anteponer el progreso de Veracruz a la micro lucha política, el estado de
Veracruz, en menos de 3 años, se puede convertir en un ícono del progreso a
nivel nacional, todo depende de la capacidad que exista entre los diferentes
actores institucionales, de gobierno estatal y municipales, legislativos y
universitarios, para impulsar una estrategia conjunta de desarrollo.
Correo:
rvelam_1@hotmail.com