IMPRONTA
Carlos Miguel Acosta Bravo*
15-09-2025
En días pasado el Gobierno de México anunció que impondría
aranceles a los productos Chinos que son importados a México, de inmediato
China manifestó que espera que México actúe con cautela y piense dos veces antes de realizar cualquier ajuste arancelario”. Más aún, el portavoz del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Lin Jian, advirtió que China se reserva el derecho de responder ante cualquier medida que lesione sus intereses.
En este sentido las implicaciones
para el comercio de México con China por la aplicación de aranceles desde enero
de 2025 son significativas y multifacéticas: México impondrá aranceles que van
del 10% al 50% a más de mil 400 fracciones arancelarias, afectando
importaciones Chinas con un valor aproximado de 52,000 millones de
dólares, que representan el 8.6% del total de importaciones mexicanas.
La medida busca proteger sectores
estratégicos nacionales, proteger 325,000 empleos e impulsar la producción
local bajo el “Plan México”, generando además 70,000 millones de pesos
adicionales en recaudación fiscal.
La balanza comercial México-China
es altamente deficitaria para México, con un déficit de alrededor de 119,000
millones de dólares en 2024, por lo que la medida también busca reducir ese
desequilibrio.
Los sectores afectados incluyen el
automotriz, electrónica, farmacéutica, química, telecomunicaciones y energías
limpias, todos dependientes de insumos Chinos para sus cadenas productivas. La
subida arancelaria puede generar presiones inflacionarias y menor
competitividad si no se compensa con producción nacional.
Sobre el particular Lin Jian,
portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, calificó la medida
como “coercitiva” y advirtió que China se reserva el derecho de defender sus
intereses y responder ante cualquier acción unilateral que dañe sus derechos.
China aboga por una economía global inclusiva y mutuos beneficios en la
relación con México.
Esta respuesta abre la
posibilidad de una guerra comercial o represalias arancelarias que
podrían afectar aún más los intercambios bilaterales y otras áreas de
cooperación.
México lanzó el Plan México
para sustituir importaciones asiáticas, con objetivos de incrementar la
inversión pública y privada, pasando del 25% actual del PIB al 28% para 2030.
El plan incluye la captación de
inversiones por más de 277,000 millones de dólares en proyectos
estratégicos en sectores como energía, petroquímica, electromovilidad,
semiconductores y manufactura avanzada.
Esta decisión también fue
interpretada por analistas económicos como una alineación de México con la
nueva política comercial desarrollada por Donald Trump, pero surgen por
supuesta diversas interrogantes: afectará o beneficiará al consumidor Mexicano?
También surgió la interrogante de en que manera se afectará la
electromovilidad, pues China es líder mundial en la fabricación de automóviles
de bajo costo que no utilizan combustibles fósiles.
Busca promover la innovación,
desarrollo tecnológico y fortalecimiento de cadenas productivas nacionales para
disminuir la dependencia de insumos y componentes importados de China.
Se enfatiza la producción para el
mercado interno y regional, con apoyo a pequeñas y medianas empresas para
integrarse a cadenas de valor locales y globales, mejorando la competitividad
sanitaria, ambiental y laboral.
Además, el gobierno mexicano
contempla incentivos fiscales, desarrollo de infraestructura logística y
capacitación para aumentar la productividad y empleos de calidad.
Esta decisión busca que con estos
nuevos los aranceles a China se protejan
sectores nacionales y reducir el déficit comercial, enfrentando la tensión
diplomática con China que amenaza represalias. México planea compensar con un
ambicioso programa de sustitución de importaciones basado en inversión,
innovación y fortalecimiento de la producción nacional para consolidar su
autonomía económica. Sin embargo, esta medida puede implicar riesgos de
presiones inflacionarias y pérdida de competitividad en sectores dependientes
de insumos chinos.
El portavoz del Ministerio de
Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, declaró que México aplica una medida
"coercitiva" y reiteró que China defenderá firmemente sus derechos e
intereses, reservándose el derecho a tomar represalias ante estas medidas
proteccionistas. China enfatiza la importancia de la cooperación económica
inclusiva y beneficiosa para ambas partes, advirtiendo que rechazará cualquier
medida unilateral que afecte sus intereses.
En respuesta, México cuenta con
el "Plan México" para sustituir importaciones asiáticas, buscando
atraer inversiones de capital Chino que pudieran favorecer el establecimiento
de fábricas y ensambladoras de autos que fomenten el empleo en México. Busca aumentar la inversión pública y privada
del 25% al 28% del PIB hacia 2030, con proyectos por más de 277,000 millones de
dólares en sectores clave como energía, petroquímica, electromovilidad y
semiconductores. Este plan busca incrementar la producción nacional, reducir la
dependencia de insumos chinos y fortalecer cadenas productivas locales y
regionales. Incluye incentivos fiscales, fortalecimiento de infraestructura
logística y capacitación laboral para mejorar la competitividad industrial y
generar empleos de calidad.
En suma, México apuesta por
proteger su industria y empleo mediante aranceles y un plan ambicioso de
sustitución de importaciones, mientras enfrenta la amenaza de represalias
comerciales de China, en un contexto de tensiones económicas y diplomáticas,
veamos cuál es la conclusión tanto para la captación de impuestos, generación
de empleos, como la adquisición de productos diversos que resultan atractivos
para el consumidor mexicano.
Consulte u opine a :
*Maestro en comunicación por
la Universidad Iberoamericana de la cual
formó parte del cuerpo académico de la Licenciatura en Comunicación, así como
de la Universidad Anáhuac, campús norte de CDMX.
