· ¿Una
Amenaza a la Libertad de Expresión?
· Cualquier
cuenta podría ser considerada "peligrosa”
· El
futuro de nuestra voz depende de nuestra capacidad para actuar en el presente
Por Miguel Ángel
Cristiani G.
La aprobación de la reforma por parte de los
partidos Morena, PT y PVEM en la Cámara de Diputados ha encendido una alarma
entre aquellos que valoran la libertad de expresión en México. La creación de
la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones trae consigo
facultades alarmantes, que permiten la intervención en plataformas digitales
sin necesidad de una orden judicial. ¿Suena ambiguo? Es porque lo es.
Esta reforma no solo afecta a los grandes
medios de comunicación; cualquier cuenta podría ser considerada
"peligrosa" si expresa opiniones incómodas. La vaguedad de los
términos utilizados en esta ley abre la puerta a la censura. No hay criterios
claros sobre qué constituye una amenaza a la “seguridad nacional” o al
“bienestar social”. En este nuevo marco legal, el poder se concentra sin
contrapesos reales, lo que genera un caldo de cultivo para el abuso.
¿Quiénes Pueden Estar en la
Mira?
La lista de quienes podrían ser afectados es
extensa y preocupante:
·
Periodismo independiente:
Aquellos que buscan informar sin agenda política.
·
Cuentas políticas incómodas:
Usuarios que critican al sistema.
·
Defensores de ideologías alternativas:
Grupos que abogan por visiones no hegemónicas sobre género y identidad.
·
Canales alternativos: Desde los
conservadores hasta los libertarios, cualquier voz que se atreva a cuestionar
la narrativa oficial.
·
Comedia política y sátira:
Espacios que, a través del humor, critican a la autoridad.
·
Gente común: Aquellos que
simplemente expresan verdades que podrían incomodar a los poderosos.
Para muchos, la mentalidad "si no haces
nada malo, no te pasa nada" puede parecer un refugio seguro. Pero,
¿realmente entendemos las implicaciones de esta postura? La historia está llena
de ejemplos en los que el poder ha silenciado voces disidentes. Alguna vez,
todos hemos estado a favor de un partido o hemos criticado al gobierno. La
diferencia radica en el momento en que decidimos alzar la voz. En ese instante,
podríamos descubrir que ya no tenemos la libertad de hacerlo.
La verdadera peligrosidad de esta ley no
radica solo en la censura explícita, sino en la autocensura que puede surgir de
ella. El miedo a incomodar a quien tiene el poder puede llevar a muchos a
callar, a reprimir sus opiniones y a conformarse con la narrativa dominante.
Así, la libertad de expresión se transforma en una ilusión.
Este no es un llamado a la paranoia, sino a
la reflexión. La aprobación de esta reforma es un hecho y estamos ante un nuevo
terreno legal. Es fundamental que la ciudadanía esté consciente de las
implicaciones que esto conlleva. La falta de claridad en los criterios de
intervención y la ausencia de contrapesos son motivos suficientes para estar en
alerta.
La libertad de expresión no debe ser un
privilegio reservado para unos pocos. Debe ser un derecho garantizado para
todos, independientemente de su opinión política o ideológica. La lucha por
este derecho es, en esencia, una lucha por la democracia misma.
La nueva Agencia de Transformación Digital y
Telecomunicaciones representa un cambio significativo en el panorama político y
social de México. Es crucial que los ciudadanos se mantengan informados y
participen activamente en la defensa de sus derechos.
La libertad de expresión es un pilar
fundamental en cualquier sociedad democrática. No permitamos que se erosione
bajo la sombra del miedo y la censura. El futuro de nuestra voz depende de
nuestra capacidad para actuar en el presente.
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