Imposible ocultar lo que pasa. Obligadamente hay que insistir en el tema. La realidad se complica. Inseguridad presente, informalidad creciente, llega a casi 57% de los ocupados, alto desempleo y subempleo
Demasiados
gobernantes y funcionarios no entienden, ni atienden la cuestión económica,
bien y a tiempo.
En
su lugar. Las amas de casa, expertas en el tema diario, prueban y comprueban
que el ingreso que manejan simplemente no alcanza y como se reduce su capacidad
de pago. Ellas y en general las familias, viven y padecen los efectos de la
inocultable alza de precios.
Sigue
adelante la crisis económica anunciada, caracterizada por estancamiento o recesión,
con un pobre crecimiento de menos del 1% anual en el PIB; y con un notorio
crecimiento de precios que coloca a la inflación en promedio general, en más
del 8.6%, pero que en realidad para los grupos de ingresos bajos y medios
representa una pérdida acumulada superior.
Bien
se sabe que la inflación presente y actuante, es de más del 15%, afecta de
inmediato a múltiples actividades y se extiende a toda la economía en general.
¿Qué
hacemos respecto a lo que padecemos y tiende a afectarnos más? ¿Exigimos a los
responsables oficiales, de la elaboración y aplicación de políticas económicas
efectivas? ¿Qué hay de los encargados de atender y resolver los problemas que
afectan a todos? La respuesta general, excepciones aparte, es el conformismo y
la indiferencia ciudadana y social.
Lo
cierto es que poco o nada hacen los encargados y responsables oficiales, esto
es, gobernantes, funcionarios y servidores públicos en general, que obtienen
los conocidos y padecidos resultados.
Todo
esto y más, sigue sucediendo, a pesar de lo innegable e inocultable: los
grandes esfuerzos y sacrificios que realiza día a día, la población que todo padece,
soporta y tiene que pagar.
En
fin, con ánimo de entender y atender, necesidades y problemas prioritarios, de
debe empezar por reconocer que, respecto a las crisis económicas, no hay
respuestas claras y precisas, mucho menos actualizadas y efectivas. Eso sí, lo
que si es cierto y comprobable es que el mensaje de los que dicen gobernar es
evasivo, superficial y, en general, más de lo mismo. Resaltando que, de muchas formas,
se dedican más a simular, distraer y entretener.
Por
ahora, lo evidente es que sigue la crisis económica con más inflación, mayor
pobreza, creciente delincuencia e inseguridad pública, dentro y fuera de los
gobiernos. Es notorio, además, que no hay política económica gubernamental oportuna
y concreta, suficiente y eficiente. Ni siquiera parecida a la de nuestros
vecinos los EEUU.
El
reto es pues, actualizar y renovar cuanto antes la presencia e intervención de
los gobiernos en la economía, asegurar que cumplan con sus responsabilidades y
dotarlos de mayor alcance y efectividad, para favorecer también, todas las
políticas y acciones oficiales.
Para
lograrlo hay que identificar y atender de inmediato, prioridades y urgencias,
así como combatir y desaparecer injusticias; reducir y eliminar desigualdades,
para que se garanticen libertades y derechos humanos a todos, ante crecientes
oportunidades.
Ya
se ha dicho y se debe insistir. Hay que revisar cuanto antes, la estructura y
funciones de la administración de las finanzas públicas, para incrementarlas y
usarlas con efectividad. Imprescindible, insistir en la importancia de disponer
de finanzas sanas, equilibradas y crecientes.
Nada
fácil, porque la nueva e innovadora política financiera tiene y debe ser más
amplia y efectiva, más sana y equilibrada, pero sobre todo más responsable.
Tanto en las fuentes de recursos y su mejor integración, para una buena
administración pública; como en los alcances del ejercicio presupuestal, su
aplicación fundamentada y puntual, así como
la integración y evaluación de resultados, como las repercusiones de la
inversión realizada; el manejo de la deuda, su monto, plazo, intereses, gastos
y otras disposiciones; lo referente a los déficits, las tasas de interés- Todo
esto y más, cumpliendo siempre, con la obligada transparencia y el garantizado
acceso a la información, la ineludible rendición de cuentas y la verdadera
fiscalización, e incluso el impulso y fortalecimiento de la necesaria
contraloría social. Todo lo anterior y más, para poder enfrentar desigualdad y marginación,
impulsar el bienestar y asegurar la ampliación permanente de oportunidades
disponibles.
Para
lograrlo hay que participar y asumir responsabilidades y obligaciones, que
hagan posible identificar y atender de inmediato, prioridades y urgencias, así
como combatir y desaparecer injusticias; y reducir y eliminar desigualdades,
para que se garanticen libertades y derechos humanos a todos.
Por
lo pronto, crece el esfuerzo y sacrificio de los millones mexicanos que han
tenido que salir del país, en busca de trabajo e ingresos para sobrevivir. La noticia es que para 2022, ya pasan de 58
mil 500 millones de dólares.
México
segundo país exportador de pobres en el mundo.
-Academico.IIESESUV
@RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
