Por Gustavo Ávila
Muy pronto el pueblo les quedó corto al par de jóvenes inquietos: Fidelillo y al Negro Cruz, a como diera lugar tenían que salir, incluso, el joven Fidel soñaba con ser conductor de ADO, se veía con su camisa almidonada , corbata y conduciendo un poderoso autobús que lo sacara del pueblo.
El primero en hacerlo fue Fidel, se trasladó a Xalapa para continuar sus estudios. El era buen orador, en el pueblo era el presentador favorito de quinceañeras y en la capital del estado alternaba sus estudios en la prepa Artículo tercero con los concursos de oratoria, en los que además de ganar premios en dinero, se fue ganando una buena fama de elocuente jilguero. Eso lo llevó a participar en la campaña política de Don Rafael Murillo Vidal, en la que captó la atención del Presidente del PRI, el Profesor Arriola Molina.
Cuando el Licenciado Murillo llegó al Palacio de gobierno (uno de los mejores gobernantes que hemos tenido) Fidel entró como auxiliar en la Secretaría particular, era el responsable de la correspondencia. Fue en ese tiempo que le llegó su gran oportunidad.
En el PRI juvenil Roberto El Gallo Palacios había llegado a la adultez y tenía que dejar la silla; había varios candidatos: Leobardo Sartorius, también buen orador, apoyado por el poderoso Carbonell de la Hoz, estaba Luis Hernandez Palacios Mirón, hijo del Presidente del Tribunal y sobrino de Arriola Molina; pero la balanza se inclinó por Fidel.
Ahí me integré, a petición de su hermano Moisés; al equipo del Tío; fue un líder muy activo, recorrimos el estado en mi carrito Renault Gordini formando cuadros y le informábamos de todo al líder juvenil nacional Rodolfo Echeverría, sobrino del Secretario de Gobernación.
Cuando el destape de Don Luis Echeverria Álvarez como candidato a la presidencia, el PRI estatal acudió en pleno a dar el apoyo a su candidato y uno de los oradores fue el joven Fidel, su discurso impresionó al candidato y fue invitado a la gira presidencial.
Continuara...