Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
En una carta de trece cuartillas dirigida a la
Fiscalía General del Estado, la ex primera dama de Veracruz, Karime Macías de
Duarte, pide… bueno… Mejor dicho, exige, que le devuelvan parte de los
artículos que fueron hallados en una bodega de Córdoba el pasado 17 de febrero.
De acuerdo con información de la agencia de noticias
APRO, la señora está exigiendo la devolución de cuatro juegos de plumas Mont
Blanc y Tibaldi; 32 juegos de vajillas y piezas de cristalería, en especial una
vajilla francesa Bernardaud de 238 piezas y una vajilla completa de porcelana
Deshouliers, también francesa, con más de 450 piezas.
También pide la devolución de cuatro juegos de palos
de golf; 115 cuadros entre lienzos y retratos; algunos de estos cuadros son obras
originales de autor; una réplica del yate Aquariva; varios edredones, muebles, una
campana de bronce, un busto de Gandhi, balones oficiales de los últimos 12 mundiales
de la FIFA, comedores completos, libros, relojes y docenas de artículos varios.
Ah, casi lo olvido, también pide le entreguen el
diario donde escribió la frase “Sí merezco abundancia”, que definitivamente la
sacó del anonimato para darle sus quince minutos de fama mundial.
¿Y por qué quiere la devolución de esos trebejos? Pues
porque dice que son de su propiedad.
Si en efecto eso es cierto, quiero suponer que le
fueron obsequiados por su marido con los 37 mil 469 pesos que ganaba
quincenalmente como gobernador de Veracruz. Porque ella no devengó ni un peso como
presidenta del DIF estatal.
Sólo en el caso de las plumas ¿cómo le haría Javier
para gastarse una cantidad respetable si tomamos en cuenta que el precio
unitario de esas joyas anda en los nueve mil pesos? Es decir, el sueldo quincenal
de dos policías auxiliares.
En cuatro plumas que le regalara a Karime, se le fue
un mes de sueldo al propio Duarte.
Claro que las hay hasta de mil 400 pesos. Pero me
niego a creer que Karime haya escrito su famosa frase con una pluma de precio
tan pinchurriento.
Entre los cuadros destacan varios de la pareja
Duarte-Macías, así como fotografías de cuando la vida les sonreía. Ni los
cuadros ni las fotos tienen precio porque simplemente no valen nada. Nadie los
comprará ni para donarlos al Museo de los Horrores.
¿A quién puede interesarle una foto de este par de gañanes
cuando circulan cientos en las redes sociales?
Pero las cosas que valen la pena ¿en cuánto estarán
cotizadas? Bajita la mano, se calcula que hay en esa bodega más de 50 millones
de pesos en artículos varios.
¿De dónde salió ese dinero, señora? ¿Del sueldo de su
marido? ¿Son obsequios? ¿Quién se los obsequió y a cambio de qué?
Propongo que Karime venga para acá y separe en dos
montones lo que es “suyo” de lo que no lo es (en su carta dice que varios
artículos le fueron “sembrados”). Y por ahí devuelva los más de 2 mil millones
de pesos que faltan de cuando fue presidenta del DIF para darlos a sus dueños
originales: las familias más necesitadas de Veracruz. En especial los niños,
madres solteras y ancianos.
Es decir: dando y dando.
Aunque puede que un juez ordene la inmediata
devolución de “sus” bienes sin que la señora tenga que regresar nada de lo que
se robó. El caso que sentó este penoso precedente fue cuando un magistrado exoneró
a Raúl Salinas de Gortari del cargo de enriquecimiento ilícito, y ordenó que le
regresaran 224 millones de pesos. Y se los regresaron.
Lo mismo puede suceder con Karime.
Pero por mucho que le devuelvan objetos que en
realidad no le pertenecen, será señalada donde se pare como lo que es: la primera
dama más ladrona de Veracruz… y del país.
Es más, traerá en la piel el tatuaje de ladrona todos
los días de su vida, aunque sea exonerada por un juez corrupto y venal. Y ella
lo sabe muy bien.