·
Quienes
no aprenden del pasado repetirán los mismos errores
·
Cómo
los extranjeros se apoderaron de nuestro oro negro
·
Con
engaños despojaron a los dueños de sus terrenos
Por Miguel Angel Cristiani
Gonzalez
Afirma
Pancho López, el filósofo ateniense, que los pueblos que no aprenden de su
historia están condenados a repetir los mismos errores y esto viene “como
anillo al dedo” ahora que se acaba de negociar -no se sabe aún en qué términos y
condiciones- la disminución de la cuota de producción del petróleo mexicano.
Por lo
anterior resulta interesante recordar la crónica del ingeniero Alfredo Aguilar
Rodríguez, que nos hizo llegar uno de nuestros amigos petroleros, en la que
narra lo que sucedió a principios del siglo pasado en el norte del estado de Veracruz,
cuando se dio el boom de la explotación del llamado oro negro.
Lo que
sucedió en Zacamixtle. La competencia por el primer pozo perforado en
Zacamixtle la gana La Huasteca Petroleum Company (HPC), es un pozo manso, pero
al fin pozo, y Zacamixtle es escenario de la primea chicanada. Esta compañía,
lo hace brotar como compañía perforadora no propietaria. El terreno donde está
el pozo es propiedad de los hermanos Juan y Emilio Letos (apellido en dialecto
huasteca). Una vez controlado el pozo, se presenta Ventura Calderón,
administrador y matón de Doheny, y manda llamar a los dos indios y les ofrece
10 mil pesos por el terreno, ellos piden 20 mil, Ventura regatea, pero los
hermanos son tercos, y decide que las negociaciones seguirán al día siguiente.
Al otro día, todos se vuelven a reunirse en el terreno del pozo, y Ventura
expresa mientras abre una llave de la que sale agua salada: No les daremos más
de 5 mil, porque el pozo no sirvió y el terreno se echó a perder, y Juan y
Emilio reciben los 5 mil. La llave de agua salada había sido conectada en el
transcurso de la noche.
En
Zacamixtle viven otros indios de apellido Anacleto. A éstos se les engañó
diciéndoles que iban a arrendar su terreno, el Lote 24. No sabían leer y lo que
firmaron fue una escritura de venta. Su compadre Juan González es el que les
lleva el documento. En el Registro Público de Amatlán puede conocer la forma
"legal" en que los Anacletos fueron robados. El día 2 de diciembre de
1919 el hermano mayor, Tomás Francisco, resultó donando al señor Ventura
Calderón una parte de sus derechos en la sucesión de sus padres Tomás Anacleto
y Ana María Reyes; y al día siguiente, 3 de diciembre, Francisco Reyes
Anacleto, Pedro Francisco Leandro, Francisco Cristóbal, Antonio, Tomás
Francisco, María Francisca y María Antonia, todos Anacletos, y Demetrio
Cristóbal, aparecen cediendo y enajenando la totalidad de sus derechos a la
herencia de sus padres, en todo cuanto se relacione con la propiedad del lote
número 24 de Zacamixtle. Dicen que los desventurados indios recibieron $ 5,670
pesos. En cuanto al lote, lo gozaron los señores Doheny y Bridge, a quienes lo
traspasó en seguida el señor Calderón. Resultado final: 400,000 barriles de
petróleo robados a los indios Anacletos por aquellos "negociantes",
que proclaman por el mundo a son de trompeta la legalidad de sus derechos al
subsuelo.
Los lotes
60 y 61 le fueron arrebatados de igual forma a Benjamín Aquino Méndez, que
fueron explotados por las compañías Pantepec Petroleum Co., la AGWI, la Mexican
Gulf Co. y la Transcontinental, que en conjunto ganaron más de 14 millones de
USD, y produjeron 13’134,496 BLS hasta 1935. Del Lote 16 de Antonio Wenceslao
Reyes, se beneficiaron las compañías Cosmos y la Corona, que produjo cada una
cerca de 3.5 millones de BLS. Otros engañados fueron: Rosa Bautista Vda. de
Jiménez dueña del Lote 134, que fue explotado por las compañías Imperio,
Pantepec y Mexicana de Inversiones Petroleras y quien no recibió un solo quinto
por parte de estas empresas; Antonio Ignacio y Felipe Anastasio propietarios
del Lote 114, que fue explotado por las compañías Inversiones Petroleras Co.,
Pantepec, Unión, Empire y El Águila, lote que produjo más de 22 millones de
BLS, quienes pagaron a los 2 hermanos solo migajas; y el de Feliciano
Hernández, dueño del Lote 188, que exploto la Huasteca Petroleum Co., empresa
que no pago nada. Hubo otros engaños, muchos, que alargarían este escrito.
En los
años 20´s Zacamixtle estaba rodeado de poblados pequeños, algunos con una
categoría política superior, pues eran municipios, como: Tancoco, Tepetzintla,
Amatlán, Temapache, Tamiahua, entre otros, pero la población más importante de
ese tiempo era Zacamixtle, por su movimiento poblacional, comercial, y de
servicios que la cabecera municipal.
Zacamixtle,
que no era más que un villorrio de rancheros se convirtió en un centro de
trabajo y vicio de asombrosas dimensiones, la compañía La Corona fue la primera
en emprender perforaciones, pero tras ella llegaron las compañías: El Águila,
Transcontinental, Internacional, El AGWI La Huasteca y la Mexican Gulf, así
como varias perforadoras independientes, todas están en actividad y hay una
torre de perforación cada 50 metros. A lo sumo, en total se han levantado unas
200 torres en ese campo donde hasta hace poco era un solitario y tranquilo
paraje donde vivían unas 500 personas dedicadas, unas a la labranza y otras a
servir como peones en los ranchos ganaderos de la comarca.
Contáctanos
en Facebook: Miguel Ángel Cristiani G.
En
Twitter: @bitacoraveracru
Página
web: www.bitacorapolitica.com.mx