IMPRONTA
Carlos Miguel Acosta Bravo*
La crisis EUA-Venezuela que inició en enero de 2025, escaló una vez que el presidente Estadounidense Donald Trump calificó a gobiernos extranjeros como terroristas una vez que participan en la producción de drogas y las exportan a Estados Unidos. La crisis se incrementó con el despliegue militar del portaaviones USS Gerald R. Ford, el cual es el mayor de la flota estadounidense con un peso de 100 mil toneladas y el cual es ocupado por 4,500 marinos, y ha sido anclado en el Caribe Sur desde el mes de octubre.
Como parte de su operación ha iniciado desde la ahí la intercepción de vehículos anfibios, mismos que han sido atacados y han sido calificados de narcolanchas y han ocasionado hasta el momento alrededor de 100 muertos. Asimismo ha realizado el bloqueo de buques petroleros venezolanos, a quien han acusado de usar banderas falsas y de ser navíos fantasma, que han llevado petróleo y combustibles a la isla de Cuba. Donald Trump ha estado exigiendo la salida del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien en repetidas ocasionados lo ha denominado narcoterrorista, y ha ofrecido una recompensa de hasta 50 millones de doláres estadounidenses, por participar en la producción de fentanilo como "arma terrorista".
Las espectativas de desenlace apuntan que serán en el corto plazo, pues el costo operativo del portaaviones es de aproximadamente 200 millones de doláres diarios por concepto de combustible, así como de las aeronaves y el mantenimiento requerido para su operación, lo cual establece una presión máxima para forzar el colapso del presidente Nicolás Maduro vía aislamiento sanciones totales, operativos terrestres anunciados noviembre y según analistas el desenlace de la crisis será antes de que termine el mes de diciembre.
Los escenarios posibles hablan de una salida forzada con un alta probabilidad de que el presidente venezolano termine negociando su exilio, con la posible mediación de los gobiernos de Brasil o de México, aunque la última ha sido rechazada. Es posible también que se dé una transición, en el cual la moneda de cambio sea el petróleo para las importantes empresas estadounidenses Chevron y Exxon.
El impacto de esta crisis en países latinoamericanos como Cuba es probable que ante la pérdida del petróleo venezolano que significa el 50% de las importaciones totales, derive por un lado en el aislamiento total para Cuba y pueda traducirse en un éxodo masivo de Cubanos. Para México el riesgo es qu Estados Unidos incremente la presión en la importante renegociación comercial del TMEC (el mayor mercado del mundo) que iniciará formalmente a partir de enero de 2026, en el cual Donald Trump “castigue” a México por su lealtad izquierdista a Venezuela y Cuba e imponga nuevos aranceles a productos mexicanos.
Después de Venezuela no se descarta el incremento de la presión para el presidente colombiano Gustavo Petro, que sería el próximo país en la lista, toda vez que tiene un gobierno de izquierda denominado progresista.
El desenlace de toda esta crisis podría ser el colapso, con el cual el presidente Donald Trump, vía el debilitamiento de Nicolás Maduro aislaría también a Cuba y a México con su gobierno denominado 4T, beneficiando Colombia (Petro pragmático), reconfigurando alianzas hemisféricas pro-Trump.
El Impacto Inmediato en Precios, con base en información del periódico el Economista (22-12-2025) sería un alza transitoria del precio del petróleo, en donde se estima que la variedad denominada Brent pudiera subir del 2.4 al 2.65% (61.94-62.07 USD/bbl una crisis similar crisis a la de Libia 2011 (+30%).
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*Maestro en comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del cuerpo académico de la Licenciatura en comunicación, así como de la Universidad Anáhuac, campús norte de CDMX.