CLAROSCUROS
José Luis Ortega Vidal
(1)
El próximo domingo, en el estadio de béisbol “Beto Ávila” de Veracruz, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo cerrará la semana de mayor intensidad política desde su toma de protesta el primero de octubre del 2024.
El lunes pasado rindió su primer informe de gobierno que abarcó once meses de gestión.
Ese día también entró en funciones la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación con el ministro Hugo Aguilar Ortiz a la cabeza
El Congreso de la Unión abrió Sesión Ordinaria con la senadora morenista Laura Itzel Castillo Juárez al frente de la mesa directiva en la Cámara Alta y en la Cámara Baja permaneció el diputado Sergio Gutiérrez Luna como presidente ante la falta de acuerdos para nombrar a su relevo.
Finalmente, el martes los diputados federales morenos y opositores nombraron a la panista Kenia López Rabadán como presidenta para el segundo año de la LXVI Legislatura.
Así las cosas ayer miércoles arribó al palacio nacional el secretario de Estado o canciller norteamericano, Marco Rubio, para reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum durante una hora y treinta y ocho minutos y firmar el “Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza y Aplicación de la Ley”, entre Estados Unidos y México.
(2)
La visita del domingo a Veracruz forma parte de una gira por toda la república, donde la jefa del ejecutivo realizará sendas réplicas sobre su primer informe de gobierno.
Desde luego, cada entidad federativa habrá de observar y escuchar la presencia y el discurso claudista desde su particular interés político y económico.
A quién saluda y a quién le hace el feo; como ocurrió en la ceremonia del lunes donde los apestados resultaron Ricardo Monreal Ávila, Adán Augusto López Hernández, Luisa María Alcalde Luján y Andrés Manuel López Beltrán -“Andy” aunque le molesta el apodo-…
Qué obras millonarias anuncia y cuáles vuelve a mencionar; cuánto calor le da a la gobernadora o gobernador anfitriones, etcétera.
(3)
Con relación a la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación lo importante se podrá decir al paso del tiempo, con los años y a partir de sus resultados.
Por lo pronto hay dos detalles negativos para Hugo Aguilar Ortiz y sus colegas magistrados (as):
a) No fueron electos por el pueblo sino por la 4T o sea MORENA, es decir AMLO y Claudia. La votación del primero de junio sólo sumó un 13 % de participación del padrón electoral; más del 3 % fueron votos anulados por cada ciudadano por lo cual los sufragios reales apenas superan el 9% y no les otorgan legitimidad, ni por cantidad ni por calidad.
Alrededor del 87 % de mexicanos con credencial de elector no votamos; muchos, como en mi caso, nos abstuvimos a modo de protesta por el teatro y manipulación montado con el objetivo de poner a ministros y jueces al servicio del poder ejecutivo en turno; esa es mi visión y opinión.
b) En México contamos con sesenta y ocho grupos originarios, o grupos étnicos o indígenas (INEGI) que han sobrevivido al holocausto del universo prehispánico luego del choque monstruosamente violento contra el universo europeo a partir de 1519.
Una de las características fundamentales de los grupos étnicos sobrevivientes consiste en su pluralidad cultural; es decir en sus usos y costumbres, lenguas, cosmovisión, identidad reflejada en vestimenta, tradiciones, calendarios festivos, sincretismo, medicina, vinculos con la naturaleza, herencias culinarias, entre otros. De modo tal que colocar a grupos étnicos como parte de una presunta ceremonia de relevo del poder, y aún más a través de una supuesta entrega de bastones de mando, en realidad convirtió el acto oficial de la SCJN en espectáculo pseudo teatral, más que en reconocimiento de fondo, de peso, de respeto a los indígenas aún vivos y sumidos en la pobreza, desdén, discriminación de la sociedad y el Estado mexicanos.
Que la SCJN se ponga a trabajar en el rezago histórico de la justicia y evite las payasadas.
(4)
El programa de seguridad fronteriza firmado entre Claudia Sheinbaum y Marco Rubio requiere análisis aparte.
Por lo pronto seamos claros, firmes, contundentes, porque en estos menesteres el pan se llama pan y el vino se llama vino.
Se trata de un acuerdo para avanzar en el combate contra los narcotraficantes mexicanos bajo las condiciones y reglas establecidas por Estados Unidos en función de sus intereses particulares.
Del lado mexicano queda bailar al son que toque Donald Trump –porque él así lo determina en función de sus poderes económico y militar muy superiores a los nuestros- y nos corresponde obtener en ese baile los mejores pasos posibles.
Salir mejor librados del baile frente a Estados Unidos exige no caer en la demagogia de la soberanía…
A la familia de la maestra Irma Hernández Cruz, secuestrada el 18 de julio pasado, grabada frente a doce sicarios del cártel de la Sombra o Nueva Mafia Veracruzana, torturada y asesinada, no se le puede pedir que cante el himno nacional y se convierta en el soldado que el cielo en cada hijo le dio a la Patria…
La familia de la maestra Irma Hernández Cruz, así como los padres, hijos, hermanos, madres y buscadoras de los más de 125 mil desaparecidos en México exigen primero la aparición de sus seres amados y luego justicia…
Los mexicanos demandamos paz…
Y no, no me confundan, pues no pido que Trump mande sus tropas a México porque me declaro en contra de la invasión norteamericana o de cualquier extranjero a mi país…
Pero tampoco confundo la retórica con la demagogia y apelar a la soberanía para esconder la tragedia nacional del narco, los elementos de Estado fallido, el rompimiento del tejido social, la narco política, la complicidad de funcionarios surgidos de todos los partidos incluidos el PAN, el PRI, el PVEM, el PT y MORENA con la delincuencia organizada...hablar del sentido patrio desde una tribuna oficial donde no hay resultados ni justicia, ni estado de Derecho, es de hipócritas.
Al gobierno norteamericano no le interesan los mexicanos, le interesan los suyos: el pueblo estadounidense…
Ocurre que Donald Trump, Marco Rubio, et al, "decidieron" luchar contra los narcotraficantes extranjeros desde el escenario donde hipócritamente ocultan a sus propios narcos y a sus propios políticos embarrados en su mercado de drogadictos, considerado el más grande del mundo…
Sí, eso decidieron los políticos norteamericanos en el poder y sí, son hipócritas…
Pero sí, también del lado mexicano nuestros políticos y gobiernos son responsables del crecimiento de un Narcoestado…
Los gringos, entonces, defienden lo suyo…
Y a nosotros nos corresponde defender lo nuestro pero con resultados tangibles, concretos, reales, no mediante babosadas como invocar al himno nacional para cazar tarugos…
En este juego el martes, poco antes del viaje del canciller Marco Rubio a México, un misil norteamericano hundió un barco venezolano presuntamente cargado de droga con dirección a Estados Unidos.
Corresponde a los venezolanos aclarar ese tema con los norteamericanos…
Del lado mexicano es importante remojar las barbas de una buena vez…