IMPRONTA
Carlos Miguel Acosta Bravo
La
reforma electoral impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum que contempla
la desaparición de los diputados plurinominales, y que en la práctica podría
dejar solo representantes afines al gobierno, tendría varios resultados y
consecuencias importantes:
Concentración
del poder legislativo en Morena: Al eliminar a los diputados
plurinominales, que son asignados proporcionalmente con base en el voto total y
permiten la representación de partidos minoritarios u oposición, Morena y sus
aliados podrían concentrar hasta 80% de las curules en ambas cámaras, al
competir solo con diputados electos por mayoría relativa. Esto reduciría
significativamente la pluralidad y la representación democrática.
La
desaparición de los plurinominales afectaría severamente a los partidos
opositores y a los minoritarios, ya que perderían las curules que solían
obtener a través de la representación proporcional. Esto podría llevar a un
Congreso con escasa o ninguna representación de fuerzas críticas al gobierno,
limitando el debate y contrapeso político.
El
sistema de plurinominales surgió para fomentar la inclusión de diversas
corrientes políticas, representar minorías y evitar el dominio absoluto de un
solo partido. Su desaparición podría traducirse en una mayor homogeneidad
política, dominada por Morena, afectando la democracia representativa y limitando
la diversidad ideológica en el legislativo.
Sin
legisladores que representen a la oposición o a grupos minoritarios, el
oficialismo tendría mayor capacidad para aprobar leyes y reformas sin debate ni
resistencia significativa. Esto se percibe como una estrategia para asegurar el
poder por muchos años, reduciendo contrapesos institucionales.
El
gobierno argumenta que la desaparición de plurinominales disminuirá el costo de
la política y mejorará la eficiencia legislativa, eliminando lo que consideran
"cargos políticos y privilegios" vinculados a las listas
plurinominales que, según ellos, se han convertido en un botín para líderes y
allegados de partidos.
Diferentes
organismos y expertos en democracia han alertado sobre los peligros de esta
reforma. Señalan que eliminar la representación proporcional puede debilitar la
autenticidad y equidad en las elecciones, afectar la pluralidad política y la
confianza ciudadana en el sistema electoral. Se propone incluso aumentar el
peso de los partidos y garantizar representación de minorías, alternativas no
consideradas en la propuesta actual.
La
reforma se impulsa con mayoría legislativa de Morena y sus aliados, sin
consenso amplio ni participación efectiva de la oposición, lo que genera un
clima polarizado. Aunque la Presidencia ha anunciado foros y consultas
ciudadanas, la oposición denuncia que solo serán espacios para opinar sin
decisión real y que la reforma pretende consolidar un partido hegemónico.
En
síntesis, de prosperar la reforma de Sheinbaum con desaparición de diputados
plurinominales y predominancia de representantes afines al gobierno, México
podría enfrentar un Congreso menos plural, con menor representación opositora y
un sistema más centrado en un solo partido, lo que puede debilitar la calidad
democrática, la diversidad política y el contrapeso institucional, al tiempo
que se justifica en ahorros económicos y supuesta eficiencia política.
La
desaparición de diputados plurinominales afectaría negativamente a la
diversidad y pluralidad en el sistema político mexicano de las siguientes
maneras: Los diputados plurinominales permiten que partidos políticos con menor
votación obtengan representación proporcional en el Congreso, lo que favorece
la inclusión de diversas corrientes ideológicas y regionales. Su desaparición
eliminaría esta vía de acceso para partidos pequeños y emergentes, limitando la
variedad de voces políticas.
Concentración
del poder legislativo: Sin la representación proporcional, la mayoría de
los diputados serían electos por mayoría relativa, lo que tiende a favorecer a
los partidos más grandes, particularmente al partido en el gobierno (en este
caso Morena). Esto puede llevar a un Congreso dominado mayoritariamente por un
solo partido, reduciendo el contrapeso y la pluralidad.
Al
reducirse la diversidad partidaria en el Legislativo, se perderían espacios
para el debate y la crítica política, elementos fundamentales para una
democracia sana y equilibrada. Esto podría traducirse en menor control sobre
las decisiones del Ejecutivo y en leyes aprobadas sin amplia discusión.
La
representación proporcional busca reflejar de manera más fiel el voto
ciudadano, asegurando que distintas preferencias políticas se traduzcan en
representación real. La eliminación de los plurinominales podría alejar a la
ciudadanía del sistema político al percibir que sus votos para partidos
minoritarios no se reflejan en resultados legislativos, lo que mina la
confianza en las instituciones.
La
desaparición de diputados plurinominales podría generar un sistema político más
homogéneo y centralizado, con menor diversidad y pluralidad, debilitando la
representación democrática y limitando la capacidad del Congreso para funcionar
como un espacio de inclusión y balance entre fuerzas políticas. Esto pone en
riesgo una democracia pluralista y participativa, al concentrar el poder en
pocas manos y restringir la voz de sectores minoritarios.
Los
riesgos para la democracia si solo quedan representantes afines al gobierno en
el Congreso son significativos y afectan la calidad, pluralidad y legitimidad
del sistema democrático de las siguientes formas:
Cuando
un solo partido controla casi todo el Congreso sin representación de oposición,
se pierde el equilibrio de poderes y los órganos de control interno se vuelven
débiles o ineficaces. Esto facilita la aprobación de leyes y reformas sin
debate ni crítica, afectando la gobernabilidad democrática.
La
pérdida de diputados plurinominales o minoritarios implica que el Congreso deje
de representar la diversidad de opiniones y sectores sociales. Esto conduce a
una democracia homogénea con poca inclusión, donde voces disidentes o
minoritarias quedan excluidas, reduciendo la calidad del debate político y la
representatividad.
Crisis
de representación y desconfianza ciudadana: La ausencia de oposición en el
poder legislativo tiende a agudizar la desconexión entre la ciudadanía y sus
representantes. Sin diversidad de opciones reales, la población puede percibir
el sistema como menos legítimo y confiable, aumentando la apatía, la desafección
y el rechazo al sistema político.
Riesgo
de autoritarismo y erosión institucional: Según expertos, concentrar el
poder en un solo grupo que controla el Legislativo puede abrir paso a prácticas
autoritarias, debilitación de la división de poderes, restricciones a las
libertades civiles y control del Estado para perpetuar el mandato.
Menor
control social y rendición de cuentas: Sin contraste ni
vigilancia desde la oposición, la gestión pública y el uso de recursos pueden
presentar menos transparencia y mayor riesgo de corrupción y clientelismo,
dañando el funcionamiento democrático.
En
resumen, un Congreso formado únicamente por representantes afines al gobierno
implica la pérdida de equilibrio institucional, menor pluralidad y
participación política, crisis de legitimidad y un aumento significativo del
riesgo autoritario dentro del sistema democrático. Esto puede deteriorar la
calidad del sistema político y la confianza social en las instituciones
fundamentales de la democracia
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*Maestro en comunicación egresado de
la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del claustro académico de
la Licenciatura en comunicación, así como de la Universidad Anáhuac, campús
norte de la CDMX.