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lunes, 25 de agosto de 2025

Breve balance del 4to informe de labores del Rector de la UV.

 Dr. Rafael Vela Martínez.

El próximo miércoles 27 de agosto del actual, los Consejeros Universitarios hemos sido convocados al Consejo Universitario General (CUG), para dar testimonio del 4to y último (esperemos que así sea) informe de la administración del Rector Martín Gerardo Agilar Sánchez, al frente de la Universidad Veracruzana (UV). Con el ánimo de abreviar su informe, a continuación les presento a manera de numeraria (información sin adjetivos), un previo de lo que ha sido su administración, sustentado en mi trabajo de investigación de año y medio, publicado con el título: Universidad Veracruzana: su pasado inmediato y sus retos actuales (diagnóstico necesario). El cual se puede descargar de manera gratuita de la página www.enfoqueveracruz.org

1. Avance lento en infraestructura y cobertura

 La UV cubre únicamente 21 de los 212 municipios de Veracruz, lo que equivale apenas el 24.5% del territorio estatal. Además, los estudiantes provienen en promedio de solo 52 municipios.

 La tasa de crecimiento del patrimonio inmobiliario se ha limitado al 0.62% anual durante su rectorado, frente al 1.18% anual registrado entre 2005 y 2021.

2. Crecimiento débil de matrícula y baja vinculación laboral

 La matrícula creció apenas un 4.11% entre 2022 y 2025, mientras que en rectorados anteriores fue del 34.56% (2005–2013) y del 5.91% (2014–2021).

 Solo se ha logrado vincular laboralmente al 0.872% de los egresados desde 2014, muy por debajo del 10% que en promedio logran otras universidades públicas del país.

 La UV se encuentra centralizada en la Región Xalapa, ya que concentra la mayor parte de la matrícula: Región Xalapa: 40.11%; Región Veracruz: 23.13%; Región Orizaba-Córdoba: 13.54%; Región Poza Rica-Tuxpan: 13.20%; y, la Región Universitaria más marginada en la historia de la UV Coatzacoalcos-Minatitlán con un 10.02%.

 La demanda de ingreso a la UV, en 2024 cayó en 11.12% respecto a la demanda en el último año de gestión (2021) de la Rectora Sara Ladrón de Guevara.

 De acuerdo con el INEGI 2020, en Veracruz, existen 736 mil 704 jóvenes de entre 18 y 24; de ellos, únicamente el 35.49% se encuentra estudiando una carrera universitaria; lo grave de este escenario es que la UV solo atiende al 9.25% de los jóvenes en edad de estudiar en una IES.

 La UV representa únicamente el 26.07% de la matrícula total universitaria del estado de Veracruz, incluyendo posgrados, especialidades y licenciaturas.

 La UV solamente logra atraer al 21.67% de los estudiantes de nuevo ingreso del estado considerando instituciones públicas y privadas.

 Los egresados de la UV solo representan el 15.41% de los egresados de educación superior de todo el estado de Veracruz.

3. Egresados por investigación en caída, rezago académico y modelo educativo obsoleto.

 La titulación basada en investigación ha disminuido un 31.56% durante esta administración.

 Los estudiantes tardan en promedio 5 años en egresar (un año más de lo previsto en los programas y planes de estudio), con casos de hasta 7 años, debido a falta de actualización del modelo educativo (MEIF), así como deficiencias en infraestructura y contratación docente.

4. Desprofesionalización académica y pérdida de personal investigador.

 Solo el 38.78% del cuerpo docente son maestros de Tiempo Completo (TC); el resto trabajan bajo contratación por hora. Cuando la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) recomienda que, para garantizar calidad y eficiencia, al menos 60% del personal académico de una universidad pública debe ser de tiempo completo, esto en razón de que los TC no solo imparten clases, sino que también atienden tutorías, realizan investigación, participan en cuerpos académicos y gestionan proyectos de vinculación.

 Durante la administración del Rector Martín Aguilar se ha registrado una pérdida del 12% de investigadores de tiempo completo (68 personas).

 El desprecio por la atención a los jóvenes universitarios queda de manifiesto con el hecho de que se ha incrementado la relación alumno-docente: 66 alumnos por docente de tiempo completo (en las administraciones anteriores eran 51), y 42 alumnos por docente contratado por horas (antes 32).

5. Desprestigio institucional

 En el ranking internacional Quacquarelli Symonds (QS), la UV se posiciona en el lugar 1,483 de 1,500 universidades y ocupa el último lugar entre las 32 universidades públicas mexicanas evaluadas.

6. Irregularidades financieras y opacidad administrativa

 El Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) detectó asignación directa de 66 de 111 contratos, favoreciendo empresas “consentidas”; además, se encuentran pendientes de amortizar más de $20.4 millones MXN (cuenta pública 2023) y se dieron anticipos por $43 millones MXN en obras inconclusas.

7. Crisis en posgrado y reducción de becas

 El plan elaborado para desarrollo de investigación posgradual fue considerado superficial por la CONAHCYT, desconectado de la realidad y obsoleto; como consecuencia, la UV perdió 20 programas con posibilidad de becar a sus estudiantes en la convocatoria de 2025.

 A manera de corolario se puede señalar que la rectoría de Martín Aguilar ha sido una administración caracterizada por estancamiento institucional, deterioro del capital académico, opacidad en la gestión y un clima universitario tensionado. Aquí es donde la comunidad universitaria se pregunta: ¿Dónde ha estado la Junta de Gobierno (JdG)? Desde mi punto de vista la JdG debería ser un órgano crítico, no una instancia incondicional y cómplice del rezago académico; y, al menos, debería velar por que existan en la UV programas acreditados y actualizados que respondan a las demandas sociales y científicas; becas suficientes y políticas que respeten diversidad cultural, lingüística y de género; producción científica de excelencia que resuelva problemas locales, nacionales y globales; vinculación efectiva con el sector productivo, como sería alianzas con empresas, gobiernos y comunidades para generar empleabilidad y desarrollo; infraestructura moderna en laboratorios, así como tecnologías digitales y espacios dignos para la vida universitaria; así como responsabilidad social; es decir, compromiso con los derechos humanos, la legalidad y la justicia social: evidentemente nada de lo que sucede actualmente en la UV.

Se puede profundizar el balance del rectorado de Martín Gerardo Aguilar Sánchez; sin embargo no es necesario, la comunidad universitaria lo vive todos los días en sus centro de trabajo y/o de estudio. La pregunta es: ¿Cómo es posible que la actual Junta de Gobierno de la UV le haya extendido, de manera ilegal e ilegítima, una prórroga por 4 años más?.

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