Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
¿De a cómo sería el billete con que le untaron las manos a los miembros de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana para que aprobaran, imagino que por unanimidad, la prorroga solicitada por Martín Aguilar Sánchez, para seguir como rector de nuestra máxima casa de estudios hasta el 31 de agosto del 2029?
Ojo, es una pregunta y la hago con respeto a los siete catedráticos y catedráticas (de los nueve que había en la Junta); todos probos, honrados, honestos, sin mácula y dignos de ocupar tan importante responsabilidad. Que nadie se confunda, de ninguna manera estoy asegurando que los billetearon; simplemente estoy preguntando si hubo dinero de por medio, porque su resolución basada en una inefable “consulta”, despide hediondez monetaria.
La consulta fue tan sin chiste, que de las 86 mil personas que tiene la UV entre alumnos y personal académico y administrativo, sólo respondieron 2 mil 839, de los cuales el 59.7 por ciento apoyó la prórroga y el 40.93 por ciento se manifestó en contra.
De entrada, la suma de los dos porcentajes da como resultado el 100.63 por ciento y no el 100 por ciento. Pero eso es peccata minuta.
Lo sustantivo es la diferencia del 18.77 por ciento entre ambos porcentajes, ya que eso quiere decir en números redondos, que 1,500 dijeron sí a la prórroga y 1,300 dijeron no.
Si se toma como base la cantidad de personas con que cuenta la UV, hay que reconocer que Martín Aguilar ganó por una abrumadora y aplastante minoría.
El número irrisorio de participantes ¿no era para que invalidaran la consulta? No, porque hay un antecedente parecido e inmediato.
La reelección de este sujeto fue una copia burda de la no menos burda elección judicial, donde votó el 6 por ciento de un padrón electoral de 99 millones de ciudadanos. Pero con eso bastó para que decenas o cientos de incompetentes llegaran a ocupar “democráticamente” la totalidad del Poder Judicial.
No hay que darle muchas vueltas para saber que los procesos electorales de la 4T son suigéneris, y han llevado a nuestro país a ser el único en el mundo donde las minorías no sólo ganan, sino que avasallan. Y ahí están esos dos ejemplos.
No sé de otro país donde se realicen elecciones para nombrar jueces, magistrados y ministros. Y menos sé que hayan sido elegidos apenas por el 13 por ciento de los votantes. Tampoco sé de unas autoridades universitarias que violando la ley de su universidad, reelijan a un rector que para colmo resultó un fiasco en su primer periodo.
Pero qué caray, somos un ejemplo mundial de democracia.
Contra viento y marea, contra la opinión de la comunidad universitaria que lo que quiere es un rector (o rectora) de verdad y no un resabio del socialismo sesentero; contra la opinión de varios sectores de la sociedad veracruzana; contra la opinión de la gobernadora Rocío Nahle de que todo aspirante debe ceñirse a lo que dicen las leyes de la UV, Martín Gerardo Aguilar Sánchez va como rector por cuatro años más y háganle como quieran.
Felicidades a los siete integrantes de la Junta de Gobierno, Juan Manuel Pinos Rodríguez; Diana Folger Pérez Staples; Ernesto Isunza Vera; María Adela Monreal Gómez; Héctor Vázquez Leal; José de Jesús Franco López y Alan Jesús Morgado Bustos: con su decisión tienen asegurado un lugar en la historia de la UV y de Veracruz. Aunque por respeto a sus mercedes, me reservo el derecho de decir el sitio donde la propia historia los acomodará.
bernardogup@hotmail.com