Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
El problema era fácil de resolver; checa lector.
Martín Aguilar Sánchez manifiesta su interés en reelegirse como rector de la
Universidad Veracruzana, la Junta de Gobierno se reúne con él para decirle que
el artículo 37 de la Ley Orgánica se lo impide. Martín responde apenado: “Lamento
no haber visto con más detenimiento la letra de ese artículo y por supuesto, dejo
sin efecto mi deseo de ser rector por un segundo periodo”. Y tan tan.
Pero no…
Martín ignoró a la Junta, se pasó por el forro el
artículo 37, dijo que no quiere reelección sino una prórroga para terminar su
tarea de transformar a la UV. Logró que la Junta organizara una “consulta” que provocó
el rechazo de la mayoría de los 80 mil estudiantes universitarios y no se diga
de los catedráticos. Pero hubo más.
Como el ambiente se calentó, la Junta de Gobierno se
dividió y al menos tres de sus nueve
miembros se opusieron a la consulta, pero fueron amenazados porque la orden es
que la apoyen, no por mayoría sino por unanimidad.
Ante este desgarriate, la doctora María Eugenia
Buendía Espinosa miembro de la Junta, presentó su renuncia. Y aunque todo mundo
se imagina la razón, es la hora en que no se ha dicho nada a la comunidad universitaria
(que se enteró por los medios) ni se ha nombrado a su remplazo.
Los tres exrectores de la UV Sara Ladrón de Guevara,
Víctor Arredondo y Raúl Arias Lovillo, que en días pasados alertaron a los
universitarios sobre el intento de Martín Aguilar de utilizar el subterfugio
legaloide de la consulta, para participar como aspirante a un segundo periodo, este
fin de semana emitieron una segunda carta, pero dirigida a la comunidad
universitaria de todo el país, donde le solicitan su apoyo en la lucha contra “el
reprobable atropello” que se está preparando contra la autonomía de la UV.
Y las cosas se complican con trascendidos que hasta
ahorita nadie ha desmentido.
A principios de la semana anterior, trascendió que el
líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Académicos de la
Universidad Veracruzana (Fesapauv), Enrique Levet Gorozpe, habría sido “convencido”
(con plazas y dinero) para que apoyara a Martín. Y este fin de semana circuló
la versión de que Levet ya está “plenamente convencido” que Aguilar Sánchez
sigue siendo la mejor opción para la UV. “Martín o el caos”.
También trascendió que los ocho miembros de la Junta
de Gobierno (ya sin la doctora Buendía Espinosa), fueron debidamente maiceados
para que apoyen la consulta por unanimidad. Y la consulta va (o irá para
decirlo con más propiedad) con el resultado que todos imaginamos.
Futa…
La efervescencia está subiendo de volumen y ya se
habla de un paro en la UV si Aguilar Sánchez sigue montado en su macho. Es
decir, un problema que era fácil de resolver, puede terminar en algo más que en
un simple descontento.
Con lo sencillo que hubiera sido para el doctorcito
agarrar su mediocridad, su doctrina cuatrotera, meterlas en su portafolios y
despedirse con un “con permiso y ahí nos vemos”. Pero uta no, qué va. Primero
porro tramposo que caballero.
Con el apoyo de allá arriba, el apestoso potaje de su
reelección ya se cocinó y lo único que falta es ponerlo sobre la mesa; sin
importar que lo vomiten los comensales y sobre todo, sin importar las futuras y
lamentables consecuencias.