v Los artistas xalapeños se han tenido que reinventar por la pandemia
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El Pozolito inaugura la exposición del artista
plástico Carlos Garibay
v Mediante postales retrata lugares emblemáticos de la capital veracruzana
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
La pandemia nos ha dejado fuertes
secuelas, tanto emocional como física e incluso económicamente, aun se puede
ver en las calles locales en renta abandonados por negocios que no resistieron
la tempestad del encierro que el COVID-19 nos impuso. El arte y la cultura no
fueron excepción, las salas de arte, los escenarios, las galerías, los foros,
fueron embestidos por la ausencia de sus ocupantes, los artistas muchos tuvieron
que abandonar su quehacer y dedicarse a otra cosa que les permitiera sobrevivir
mientras el telón se bajó y las luces se apagaron indefinidamente.
Según el “Sondeo 2021 de percepción
de impacto del Covid-19 en la economía cultural y creativa” realizado por la
Secretaría de Cultura del Gobierno de México, los ingresos mensuales de los
trabajadores culturales fueron reducidos en un 91%, la principal razón es la
falta de espacios físicos y/o virtuales para realizar actividades de formación
y capacitación. Estos datos son alarmantes porque si bien la cultura es un
sector poco atendido, genera grandes efectos económicos además de ser una de
las principales fuentes de desarrollo social.
Todos, no solo los artistas, de
alguna manera nos tuvimos que reinventar, nos transformamos, en todos
sentidos, la pandemia nos permitió ver
cosas que antes nos eran imposibles de ver, un ejemplo que ha llamado mucho mi
atención es ese restaurante de pozole en el centro de Xalapa del que les quiero
contar, los dueños aparentemente no tienen nada que ver el uno con el otro, por
un lado está el chef un prominente ingeniero civil que para llevarle el
sustento a su familia decidió hacer pozole, su esposa una maestra se unió al
proyecto que le permitía cubrir las necesidades de su familia, por otro lado
están un talentoso músico y su compañera, una soñadora social. Los cuatro
emprendieron la aventura de ofrecer un alimento tradicional a sus comensales,
eso si, con su propio estilo, pozole verde, blanco, rojo y negro, este último
es una receta vegetariana de autor.
Pero bueno, muchos han sido los
negocios de comida que con mucho valor han emprendido últimamente ¿qué tiene de
especial este lugar? Yo diría que su esencia de ayudar a otros, y es que cuando
visitas el espacio, inmediatamente sientes el cariño y la disposición que
tienen de servirte, es como llegar a casa de alguna de tus tías, en la que
sabes que puedes comer hasta satisfacerte, que todo está limpio y que tienes la
certeza que puedes regresar cuando todo vaya bien o mal, se siente como un
lugar seguro. En mi última visita, además de sorprenderme que para cada día de
la semana tienen una promoción diferente, llamó mi atención la invitación que
me hicieron, el espacio convierte sus muros en galería, -“pues qué le digo, hay
mucho arte y faltan espacios, además nuestra cocina es un arte, todo es arte y
hay que compartirla, para nosotros es una forma de hacer estos tiempos
mejores”, exclamó una de las anfitrionas.
Este sábado 4 de junio, el Pozolito
inaugura la exposición del artista plástico Carlos Garibay “10 Paisajes de
Xalapa, son, grabados y pozole, todo es arte” quien a través de sus ya famosas
postales retrata lugares emblemáticos de la capital veracruzana, lugares que
para sus habitantes representan el recuerdo de sus historias, donde tantas
emociones se quedaron, lugares que tienen vida y Garibay nos lo recuerda con su
arte. La cita es a las 16 horas, en Zamora 53, en el centro de Xalapa.
Me agrada encontrar esas historias en
las que sus protagonistas cambian la trama, a través de sus sueños, que a pesar
de que los retos de la cotidianidad parezcan abrumadores, se unan voluntades
para vencerles; me agrada ver el entusiasmo del talentoso Carlos Garibay, quien
ha logrado consumar una importante trayectoria como artista xalapeño, pero que
constantemente se reinventa y continúa acercando el arte a públicos tan
diversos, por cierto, también habrá una Rifa de Arte, un grabado original del
exponente, en retribución y apoyo a su labor. Vale la pena estar al pendiente
de estos eventos, en los que se percibe la unidad y el entusiasmo por
compartir. Dijera Fito Paez, “tanta sangre que se llevó el río, luna de los
pobres siempre abierta, y uniré las puntas de un mismo lazo, ¿quién dijo que
todo está perdido?” Es tiempo de ofrecer nuestro corazón.
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