Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Para aquellos que se preguntan cuándo terminará la
pesadilla de la violencia que martiriza a la entidad, el diputado de Morena Rubén
Ríos Uribe tiene la respuesta: en el 2030. Sólo le faltó decir el día y el mes.
El también presidente del Congreso local, dijo que a
Veracruz le puede tomar hasta diez años “pacificarse” y lograr resultados en
materia de seguridad, pues en países que tienen menor población les ha llevado más
o menos ese tiempo volver a la normalidad. “En Uruguay que tiene 4 millones de
habitantes (la mitad de la población de Veracruz), les ha llevado de tres a
seis años el proceso de pacificación. En Ecuador se redujo la violencia en 10
años”.
¿A ver a ver, de dónde saca que Uruguay ha tenido
problemas de violencia últimamente? ¿Quién le dijo semejante barbaridad?
Las últimas broncas de las que se tiene registro sucedieron
en los años sesenta y principios de los setenta con Los Tupamaros. Y más
adelante con la dictadura cívico-militar que duró doce años (de 1973 a 1985).
Pero de ahí en fuera (claro, con sus asegunes económicos), las cosas van bien
en Uruguay que tiene uno de los niveles más altos de bienestar en América
Latina.
Que se sepa, Uruguay jamás en su historia ha padecido
el grado de violencia que sufre Veracruz por efectos del narco. Y en Ecuador la
violencia no ha disminuido; ha aumentado, aunque tampoco en la proporción de nuestra
entidad. A menos que Ríos Uribe tenga otros datos.
La violencia en Veracruz que comenzó en el 2004 con el
fidelato y se acrecentó en el duartismo, subió a niveles de escándalo en el
yunismo y se desbordó en el primer año del cuitlahuismo. Pero el diputado asegura
que desde septiembre comenzó a bajar. ¿En dónde legislador? ¿En Uruguay?
Si en lo que va de enero ha disminuido el número de
asesinatos a nivel nacional, no se puede decir lo mismo de Veracruz que en los
primeros nueve días de este año reportó 32 crímenes con violencia, siete
desaparecidos y tres secuestrados.
Hay municipios que pasaron del foco rojo al púrpura,
pero el legislador tiene el remedio: “Van a bajar muchos elementos de la zona
norte para fortalecer la seguridad en Coatzacoalcos porque es considerada como
un foco rojo. Y vamos a construir la paz y seguridad que anhelamos todos los
veracruzanos. Creo que ya se está dando al haber el quiebre de delitos y de
aquí en adelante la tendencia será a la baja”.
Caray, quién
fuera diputado de Morena para ver las cosas con el optimismo de este buen
hombre.
Veracruz lleva 16 años aguantando la metralla de la
violencia y si alguien viene a decirnos que hay que aguantar otros diez años,
como que no nos está animando mucho. Más que una esperanza, diez años son una
invitación a que 8 y medio millones de veracruzanos comencemos a buscar otras
alternativas para vivir sin tanto sofocón ni sobresalto.
Diez años para ver la otra orilla… ¡pasu mecha! Más le
hubiera valido a Rubén Ríos no tocar el tema. Lo mejor para evitar crispar aún
más la menguada tranquilidad de los veracruzanos, era que el señor legislador hubiera
cerrado el pico.