Poo
le abre la puerta a Fernandito
Por:
Roberto Valerde García
Como
dijera el tristemente célebre ex presidente Carlos Salinas de Gortari, “no se
hagan bolas”, le diría yo a los priistas que buscan, rebuscan y le vuelven a
buscar uno y mil pretextos a la candidatura de Fernando Yunes Márquez para
alcalde de la ciudad de Veracruz.
No
señores, no se engañen, al senador con licencia Fernando Yunes no lo va a hacer
ganar su papá el gobernador, tampoco su hermano el alcalde de Boca del Río,
Miguel Ángel, de los mismos apellidos, mucho menos el Partido Acción Nacional
que lo postula ni su aliado el PRD.
Si
son un poquito honestos, tan solo un poco, no les pido mucho, deben estar
conscientes de que el mismo PRI le ha dado las herramientas a Fernandito y a
muchos otros candidatos a alcaldes a lo largo y ancho del estado para que ganen
de calle.
Sí,
todos sabemos que el estigma de la desmesurada corrupción como la sombra de
Javier Duarte le van a pesar a todos los candidatos del PRI, pero si a eso le
agregamos el mal trabajo que han realizado ediles como Ramón Poo Gil, pues de
plano el panorama se vuelve más sombrío.
Resulta
muy lamentable que la ciudad de Veracruz, siendo quizá la más importante de
todo el estado se encuentre con severos problemas de delincuencia, falta de
inversiones, calles y avenidas destrozadas, alumbrado público deficiente,
plantas de tratamiento de aguas residuales paradas desde hace años, estiaje,
edificios del centro histórico cayéndose a pedazos.
No
digo que no haya obras, sí las hay, pero son las menos y obras pequeñas para el
tamaño de municipio que es Veracruz y para el tamaño del presupuesto de casi
mil 500 millones de pesos que maneja, sin contar con los ingresos propios que
se están generando por parquímetros, predial, comercio, etc.
Lo
que realmente le preocupa a Ramón Poo no es perder la alcaldía, sino el hecho
de que llegue un alcalde de oposición como Fernando Yunes y que realice una
serie de auditorías a diversas áreas de la administración municipal que hagan
brotar toda la porquería y malos manejos.
El
temor es que llegue el hijo de Yunes Linares, el mismo que metió a la cárcel a
Gerardo Poo Ulibarri, papá del hoy alcalde; a Porfirio Serrano Amador y al ex
gobernador Dante Delgado Rannauro, quienes se pasaron una temporada en prisión
y salieron, no por inocentes, sino por prescripción de los delitos y por
cuestiones políticas.
Así
pues, hay que ir poniendo los puntos sobre las íes y desde ahora ser muy
claros, si después del 4 de junio de buscar culpables por la derrota en el
municipio de Veracruz se trata, uno de los principales responsables será el
propio alcalde, porque su gestión ha sido gris puesto que le vino grande, muy
grande, la silla de presidente municipal. Veracruz necesitaba un hombre con más
altura de miras, con mayor visión de futuro, honesto a toda prueba y con
profundo amor a su tierra.
Priistas,
no le busquen tanto, ni se hagan bolas, todo está muy clarito, excepto las
playas jarochas en la víspera de Semana Santa.
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